La respiración abdominal

Se puede llegar a visualizar y a sentir de maneras distintas:
  1. El aire entrando por la nariz empuja el diafragma que se acerca hacia el centro (Tan Tien o Dan Tian).
  2. Se percibe un canal que atraviesa el ombligo desde el exterior, por el cual al inhalar entra aire/energía (Chi o Qi) llenando Tan Tien.
Su práctica constante ayuda a destapar las fosas nasales, a sentir mayor energía e incluso a modificar el tipo de pensamientos que tenemos, su velocidad o frecuencia y las emociones que afloran a lo largo del día.
Imagen: Wang Changyong’s
“Secret of the golden flower
Practicar este tipo de respiración al levantarnos por la mañana facilita permanecer más tiempo atento a ella a lo largo del día. Después de un rato practicándola conscientemente podemos llegar a percibir la sensación que la parte superior de los pulmones se asienta en un Tan Tien que ahora se percibe con un volumen propio, y a su vez se siente relajada. Lo mismo que ocurre con el resto del pecho, que se asienta a la vez que se siente apertura.

Su práctica constante ayuda a destapar las fosas nasales, a sentir mayor energía e incluso a modificar el tipo de pensamientos que tenemos, su velocidad o frecuencia y las emociones que afloran a lo largo del día.

Habitualmente las prisas, la desatención nos suelen llevar a prestar toda la atención a lo que estamos pensando y poca o ninguna al acto de la respiración en sí mismo. Sin embargo, una respiración más consciente relega el contenido del pensamiento a un escalón por debajo, y la atención más focalizada en la respiración conlleva consciencia corporal, lo cual trae de la mano la presencia en el aquí y ahora.

'Primero respirar y luego pensar'

Podemos practicar este ejercicio asiduamente en cualquier acto cotidiano, como por ejemplo al coger una taza, al girarnos para atender a alguien que nos habla o al levantarnos de una silla, y así para tomar mayor consciencia de nuestra respiración.





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